viernes, 25 de enero de 2013

Y a veces, sólo hay ganas de volver

El otro día, en la playa, sentí la intensa necesidad de escribir cómo me sentía. La magia, como siempre, duró unos pocos minutos, pero lo suficiente como para plasmarlo en el "bloc de notas" del teléfono celular. Y entonces pensé "qué lindo volver a escribir". Y acá estamos.

"Buscando los pequeños detalles se olvidaba del mundo. Estaba ese palito de yerba flotando sobre un mate algo lavado, estaba la piedrita entre la arena, estaba la luna, casi transparente en el cielo todavía celeste. Estaba también el escenario, pero a ese casi no lo veía. Sin embargo, sí oía la música. Esa música que se le antojaba lejana,como si viniera de un lugar más allá, y que le calaba los huesos igual que el viento helado que venía del mar. Y después, estaba él a su lado, rozando su piel contra ella. Pero eso ya era un lujo."