viernes, 31 de diciembre de 2010

Año nuevo, vida nueva

Increíble, ya es 31 de diciembre. Hoy leí el diario, encima, y me di cuenta (sí, tuve que leerlo en el diario) que además termina una década. Gran década. Bah, no sé qué tan grande, pero para mí fue enorme, porque fue la segunda década de mi vida, y por ende, la más linda. Y no puedo creer que tantas cosas , pero tantas cosas, puedan pasar en solamente 10 años.

Por ejemplo, en el mundo, cayeron las torres gemelas, el sistema capitalista tuvo las crisis más importantes de su historia, en Estados Unidos asumió un presidente negro, hubo guerras aunque a veces parezca que nos olvidamos,  en medio oriente los viejos rencores siguieron teniendo consecuencias increíblemente sangrientas, hubo manchas de petróleo y hubo desastres naturales, hubieron levantadas de derecha y de izquierda, hubieron también países, como en América Latina, que comenzaron a tener procesos de conducción que buscan la independencia y el fortalecimiento regional. También murió una de las mejores personas que pisaron este suelo (Juan Pablo II), y no ha de haber sido la única muerte significativa de la década,pero por mi parte, me parece una de las más dolorosas.


        Mar del Plata 2010: cumbre IBEROAMERICANA, educación para la inclusión
(la discusión pasa de lo meramente económico a lo social...¿Interesante?)






Terremoto en Haití

Terremoto en Chile

Tsunami

El ecosistema se revela ante tanta agresión humana




 Juan Pablo, segundo, te quiere todo el mundo ♫




Después, tenemos el país. Empezamos la década con un país que se venía abajo, con un presidente bastante (por no decir del todo) incompetente, tuvimos un cacerolazo, un presidente escapando en helicóptero, 4 presidentes más en la misma semana, tuvimos la crisis más importante de la que se tenga recuerdos. Tuvimos cromañones (vale la pena recordarlo por la proximidad con el "aniversario" del hecho), tuvimos delincuencia, tuvimos gente que no pagó las cosas que hizo. Tuvimos a Duhalde, y por suerte lo tuvimos a Néstor; ahora, 7 años después, lo perdimos. Definitivamente, así como Juan Pablo II me parece la pérdida más triste en cuanto a lo mundial, la muerte de Néstor es todavía la que más me duele a nivel nacional (y ya que estamos en sentimentalistas, la única que dos meses después me sigue haciendo llorar). Tuvimos batallas, tuvimos enfrentamientos entre nosotros mismos, y eso no debería ser así. Pero también salimos adelante como país, y eso muchos no lo quieren ver, pero cuando hacemos un recorrido por la década, queda más que claro. En una década se batieron al mismo tiempo récords de desocupación y de ocupación, de pobreza y de no pobreza. Veamosnos en el 2001, veámosnos en el 2003, y veámosnos ahora. No quiero ahondar más en política, pero sólo dejo un pedido: quien esté peor ahora que entonces, por favor, que levante la mano.






                                                                                                                       2010: que se vaya Cobos




En lo personal, no voy a hablar de la década,porque imaginen que 10 años, para una que está cerca de los 20, es casi toda la vida (por lo menos, toda la parte emocionante de la vida, porque la niñez tiene otro sabor). Así que me limitaré a decir que el 2010 ha sido un año lindo, que se me pasó tan rápido que ni para hacer balances estoy, que tuvo pérdidas, pero que tuvo también muchas ganancias, y que me deja muchos recuerdos hermosos, y los que son un poco más amargos, me dejan enseñanzas. Como digo lo mismo todos los años, creo que alguno voy a empezar a dejar de hacer esta clase de posteos, pero me movilizó un poco lo de terminar una década. ¿Los hechos sociales diría Durkheim?

Sin más, les desea un muy feliz 2011 un Arlequín que no tenía nada mejor que hacer con su vida y pensó en escribir un blog.

PD: es infinito lo que se podría decir sobre estos años, y las fotos que se podrian subir,pero bueno, es un resumen breve. Todo aporte, como siempre, será bien recibido

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Sólo quiero aclarar que lo que la entrada directamente anterior a esta fue escrita en un estado de ebriedad máxima. Aún así quedó linda, pero sepan disculpar las incongruencias y repeticiones, bastante bien quedó dentro de todo. No quiero editarla porque perdería toda su magia jajaja
Ok, ya está bien así. ¿Qué más puedo hacer que escribir? Las cartas estaban sobre la mesa y vos elegiste bien cómo jugar. ¡Felicitaciones! ¿Qué más te puedo decir? Tomaste una decisión y  está bien, ¿Qué tengo yo para ganar?. No puedo ni dormir, y acá estoy. Será cobarde refugiarme acá para no decir más nada, pero tampoco hay nada más para decir. Hace tiempo me dijiste "no vas a pasar por mi vida sin dejar una huella", y mirá quién dejó una huella en la vida de quién.Huella imborrable, y si querés que te diga la verdad, no me arrepiento. Fue lindo y me ayudó mucho, sobre todo a conocer gente que quiero seguir teniendo en mi vida. Me gustaría tenerte a vos, pero con vos es más difícil, porque te quiero y me decís que no valés la pena. Preferiría que me dejaras decidir a mí qué vale la pena y qué no, pero vos ya elegiste, y a mí no me queda otra que aceptarlo y quedarme llorando en casa con ganas de matar a alguien, y no se me ocurre nada mejor que hacer que escribir.

Perdón a todos aquellos que lean este desparpajo que mezcla tristeza y bronca, pero qué puedo hacer? ya hablé, ya está todo dicho, y lo único que recibo como respuesta es "no valgo la pena"-respuesta de COBARDE, con mayúscula, si las hay.

Lo peor es que podría hacer lo que quiera. Podría haber salido a romper la noche con un brabucón al que ganas no le faltaban, o podría haber llamado a alguien más. Pero no, te quiero a vos, y lo único que quería era llegar a casa para estar tranquila, y para que no me importe sentirme la más loser llorando, o que no me importe revolear las cosas enojada. Ya está-

Bueno, no quiero someter a nadie a esta depresión que es este posteo. Perdón en serio. Si tuviera otra cosa que hacer no escribiría, pero es lo que hay. ¿Conclusión? diría "no volver a querer", pero suena tan a Arjona que me da vergüenza. Prefiero concluir diciendo que ya pasó,que estoy bien, y que voy a estar mejor, y que un tropezón no es caída. Lo que sí, dejo los remos para siempre, me cansé de remar a mar abierto sin tierra firme a la vista. Prefiero disfrutar arriba del barco, timón en la mano y un parche y un loro hermosos que no pienso abandonar por mucho mucho tiempo.

Adiós.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Nuevos caminos

Creo haber dicho en la entrada de presentación de este blog que cuando me decidí a abrirlo, después de mucho tiempo de meditarlo, fue porque asumí que mi necesidad de escribir es como cualquier otra necesidad vital, y es mucho más grande que yo. Bueno, son las 4 de la mañana, recién vuelvo de un cumpleaños, y que me haya levantado de la cama para prender la computadora y ponerme a escribir lo demuestra.Las cosas se sucedieron, igual, de un modo que facilitó todo esto, y que voy a proceder a contarles, sobre todo para esclarecer mis propias ideas. No tienen por qué leerlo, quizá no les interese, pero si alguna vez sintieron esa necesidad imperiosa de expresarse a través de la literatura, quizá me comprendan.

Empiezo por el principio: cuando me junto con viejos amigos, con los cuales tenemos mucho en común, hay algo de lo que NO se puede hablar: la política. Jamás nos podemos poner de acuerdo. Por eso, intentamos evitar el tema, y si no lo evitamos, yo intento no opinar demasiado, porque en realidad soy la única que piensa TAN distinto en ese grupo.

Sucedió que hoy, en un cumpleaños, nos encontramos con amigos del cumpleañero que no conocíamos, y en un momento de la noche, comenzaron a discutir acaloradamente sobre política. Mis amigos antes mencionados no me dejaron meterme en la conversación, y yo me llamé al silencio para no meter más púa en una amistad totalmente ajena a mí. Sin duda, estaba completamente de acuerdo con una de las partes, y me hubiera gustado intervenir para darle más argumentos de los que tenía, que ya de por sí eran muchos y buenos.

Finalmente ,cuando las aguas se calmaron, hice una pequeña intervención, intentando mantenerme neutral, y la conversación terminó bien y en son de paz (aunque sigo pensando que uno de los discutidores era un banana importante -por no decir "gorila", que es una palabra demasiado subjetiva- y el otro un divino total).

Sin embargo, como suele pasarme, cuando llegué a casa seguí pensando en todo eso, pensé en la discusión, saqué a relucir en mis pensamientos algunos items que me habían parecido interesantes, y en esa deliberación conmigo misma estaba cuando se me vino una idea a la cabeza. La idea de un cuento/novela.

En verdad, la idea la tenía previamente, pero la situación que acabo de narrar me dio un par de ideas nuevas que complementan con las anteriores, y no me pude quedar tranquila en la cama viendo cómo se disipaban mis ganas de escribir y mañana me levantaba desganda y pensando que la idea era mala y que no voy a llegar a ningún lado.

Si tu, buen lector, todavía estás leyendo esto, te pido un pequeñísimo favor: si en algunos meses recordás estas palabras, recordame a mí que tengo que terminar los cuentos/novelas que empiezo. Muy agradecida.


P.D. (Importante): como verán, esto es simplemente un recordatorio para mí misma, y un pedido de auxilio, pero si es la primera vez que visitás mi blog, no tomes como referencia lo que acabás de leer. Puedo escribir mejor, y las cosas que pienso no se restringen a si un amigo de un amigo es hermoso o es banana. Prefiero que lean, si les gusta la literatura :
 http://notasdearlequin.blogspot.com/2010/11/historias-en-plural-i.html
Y si quieren leer algo más autoreferencial, acerca de lo que pienso y vivo cotidianamente:
http://notasdearlequin.blogspot.com/2010/12/muerte-al-sistema.html

Muy agradecida (de nuevo).

lunes, 20 de diciembre de 2010

Muerte al sistema !!

Antes de hacer mi reflexión, quiero aclarar algunas cosas. Primero que nada, no soy comunista ni mucho menos. Aunque lo respeto, no soy de las que gritan "¡Viva el Che!", ni que usan remeras con su cara. Tampoco soy de las que van a manifestaciones "en contra de...", y terminan estando en contra de todo. Finalmente, no soy de las que piensan que para obtener soluciones es necesario ser violento. Creo en salidas pacíficas, y creo, como decía El General, en las revoluciones con tiempo y no con sangre.

Ahora bien, luego de esta aclaración, voy a pasar a decir lo siguiente:
-ODIO la sociedad de consumo, sobre todo cuando caigo en ella sin darme cuenta. Quiero decir: veo a alguien con un flamante y nuevo BB (BlackBerry) y pienso "woo,¡quiero uno! me podría conectar a facebook y a twitter cuando no estoy en mi casa!". Luego me pongo a pensarlo un poco mejor y digo "pensar que hay gente que no tiene ni para comer, y yo que tengo computadora con internet en casa, un celular que anda perfectamente, y una cámara de fotos si quiero retratar algo, me estoy preocupando por tener un chiche nuevo muy costoso". Pero veo a otra persona con su BB y el ciclo vuelve a empezar. Pasa todos los días, y requiere un proceso interno muy fuerte convencerse de que "me gusta, pero no lo necesito. Me gusta, pero no lo necesito"

-ODIO la televisión basura. Ok, por mi carrera y por interés personal, he leído muchos libros y ensayos y artículos y etc. sobre cómo es que si bien los medios de comunicación influyen un poco en la gente, el receptor es quien tiene la última palabra, el receptor es activo y decide lo que quiere ver y lo que no, lo que quiere creer y lo que no. Perfecto, realmente una teoría bellísima. Ahora, bien, hay veces en las que la penetración de los medios es tan fuerte que es difícil, muy difícil luchar contra ella. Pongamos como ejemplo una situación hipotética (claro que no tiene NADA QUE VER CONMIGO, cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia...): 
Situación 1: Salís. Hacés previa en lo de un  amigo. Está Gran Hermano puesto. Aparentemente, está puesto todo el día. Te pasás unos 40 minutos viendo como un par de personas que no conocés y que no te interesan juegan (mal) al pool. Preferirías estar haciendo algo más interesante de mi vida. Solución: le entrás a la cerveza a ver si te olvidás.
Situación 2: Te levantás, prendés la tele, y está AM. Lo ves un rato porque te cae bien Leo Montero y porque estás tan zombie todavía que te da paja hacer zapping. A los 5 minutos de que lo estás viendo, ponen un pedazo de Gran Hermano. Bueno, decís, ya lo van a sacar. Lo sacan después de todo un bloque. Cuando vuelve , se pone a hablar un psicólogo sobre la "disfolia de sexo" o como mierda se llame, intentando usar palabras lindas para decir "el de Gran Hermano es una torta vestida de hombre". Joya. 
Situación 3: Cambiás de canal, o mejor aún, te ponés a leer algo interesante, como para intentar borrar de tu memoria toda la información acerca de cómo es ser mujer y sentirse hombre. La hora del almuerzo. Está zapping, repitiendo la nominación de anoche. Lamentablemente, viste la nominación de anoche porque tu hermana (que está en la edad difícil en lo que pareciera que todo lo que está de moda está bueno), rompió las pelotas para verla. Sin embargo, la quiere ver de nuevo, porque "no la vio hasta el final". Irritada, decís: "bueno, pero no quiero ver gran hermano siempre a la hora de la comida". Respuesta que recibís (de tu mamá): "Bueno, no seas autoritaria." AUTORITARIA le dicen ahora a no querer ir con la corriente como masa que no piensa. AUTORITARIA. Ok. 
Solución 1: bombardear la Casa de Gran Hermano. 
Solución 2: ver la Tv pública, Canal Encuentro o alguna película cultural online y dejar que tu familia y tus amigos se quemen el cerebro. Voy por la segunda.

-ODIO las modas. O sea, no es que soy una anti-todo, eh. Pareciera que sí, pero no lo soy. Si se pone de moda el color celeste o el violeta (que me encantan) los voy a usar gustosa, y me va a encantar estar a la moda. Si se pone de moda el amarillo patito, no me interesa que lo usen todos, no me gusta, no va conmigo y no lo voy a usar. Del mismo modo, si se pone de moda De Narváez no lo voy a votar, y si se pone de moda ir en contra de la Iglesia, no voy a ir. No entiendo por qué a la gente le cuesta entender que una persona puede tener gustos propios, principios, pensamiento crítico, y que no ir con la corriente no necesariamente es estar loco o estar "out". No sé, seré medio zurda a veces, pero me molesta la gente que no puede pensar por sí misma, que no puede salir de su casa si no está acompañada o que no puede ir sola al baño. Media pila, che, somos individuos, no masas informes. Para eso está Flubber

En fin, podría seguir enumerando cosas que odio, pero no quiero aburrir a mi desprevenido lector, que no esperaba este desparpajo de furia contenida. Estoy de mal humor (sobre todo con que me llamen autoritaria ¬¬'), y necesité este descargo emocional. Espero que alguien concuerde conmigo, y si no, de todos modos estoy orgullosa de ir contra la corriente :)
Quizá en futuros posteos siga con mis negativas hacia el mundo, quizá no. Veremos cómo estamos de humores. Hasta luego, y gracias por el pescado.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Volar

Hoy me di cuenta de algo: no sé si es que yo soy una eterna niña, o es que los globos tienen algo mágico, pero hoy iba con manojos de globos de acá para allá y pensé "si fueran de helio, saldría volando". Me regocijé un rato imaginando ese momento, y luego pensé para mí que en el fondo, nunca dejé de tener 5 años.







Quizá por eso me llevo bien con los niños
quizá por eso me gusta el viento fuerte que me da sensación de libertad
quizá por eso me gusta cantar
"pueden jurar que no es verdad, el viejo sueño de volar
pueden guardarte en una jaula, por nada...
pero el amor es más fuerte"  ♫
quizá por eso envidié al loco que se había atado globos de helio en una silla y había salido volando
(sí, lo envidié a pesar del trágico final)

Quizá por eso me gusta ser un arlequín.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Sobre las fiestas y los fines de año

A medida que uno crece, empieza a comprender ciertas cosas (en la jerga popular, suele llamarse "madurar"). Por ejemplo, yo recién este año comprendí por qué la gente suele estresarse a fin de año. Pues claro, no es sólo cuestión de decidir con quién pasar las fiestas, sacar cuentas acerca de si se come carne o pollo, o sacar trapitos familiares al sol ("yo lo quiero pasar con vos", "yo no quiero ir a la casa de tal, siempre tenemos que ir ahí", "no quiero que venga la familia de mi cuñado, ¡Si yo ni la conozco!", etc.), sino que también es un momento de cierres, de reflexiones, y entonces pareciera que a todo el mundo le urge una sola cosa: verse.

No es que me moleste juntarme, eh, me encanta ver a mis amigos, me encanta organizar fiestas de fin de año, me encanta terminar la actividad del año con un recuerdo o lo que sea. Pero uno termina cansado. De golpe, todos los amigos se acuerdan de uno, todos los grupos de pertenencia quieren organizar "una salidita", "una comidita" (sí, con "ita", como para hacerlo más familiar y menos estresante), y todos se van cansando, y entonces, el estado de ánimo se va alterando, y cada vez hay menos tiempo para preparar pan dulce, y cada vez hay menos plata para invertir en fuegos artificiales, y entonces llega el 31 de diciembre y todos exclamamos ¡Menos mal que ya pasó!.

Seamos creativos, che. Empecemos a hacer el balance de nuestra vida un poco antes, no sé, a mediados de noviembre; saldemos deudas; abramos una "alcancía para la fiestas" en septiembre para tener plata para el asadito (también con ito); no descuidemos nuestras amistades, digámosle a la gente que queremos que la queremos; terminemos las actividades "curriculares" antes de lo previsto; rompamos esquemas, básicamente. Así nuestras fiestas van a ser verdaderamente "noches de paz". He  dicho.

Estoy cansada de...

Estoy cansada de:
extrañarte
sentirme tonta por extrañarte
no decirte nada de lo que me pasa
sentirme tonta por no decirte nada de lo que me pasa
pensar en decirte las cosas, y arrepentirme
darme cuenta de que ni yo sé bien lo que quiero
darme cuenta de que no puedo decirte nada, porque no sabría que decir, puesto que no sé lo que quiero
esperar a que quieras algo vos y me simplifiques el camino
esperar a que me hables o me digas de hacer algo
revisarte el facebook y enojarme porque solo agregás minas
hacerme la cabeza por cada comentario boludo que le decís a los chicos
pensar tanto en vos
pensar casi exclusivamente en vos.
En fin, estoy cansada de vos.

martes, 14 de diciembre de 2010

Historias en Plural II

Este es un capítulo de "Historias en Plural" que escribí hace mucho, pero dadas las circunstancias que están sucediendo en mi país, me parece que vale la pena subirlo ahora. Espero que les guste, y sino, acepto críticas pero aclaro: no soy flexible con respecto a este tema.

"Mi amor, mi cielo:
                                Tengo que decirte que no sé si vas a leer esto. Por egoísta que suene, lo escribo porque lo necesito, mucho más de lo que vos necesitás leerlo. Porque vos estás bien, y vas a estar bien.  Soy yo la única que corre el riesgo de amarte
                                No voy a mentirte. Hace poco que te conozco, pero ya sos lo más importante que tengo y, a pesar de ello, tengo miedo. Tengo miedo porque todas mis seguridades, mis afectos, todo está en juego. Mi mamá me dice que no sos bueno para mí; que me voy a arruinar la vida, como todas las mujeres de mi familia. Mis amigas son aún más tremendistas, si es que eso es posible. Y yo temo, no tanto porque me crea todos sus estúpidos pronósticos, sino porque me cuesta convencerme de que puedo enfrentarme a esto sola. Necesitaría el apoyo que me es negado.
                                Sin embargo, algo tengo claro: ya tomé mi decisión y no voy a dar marcha atrás. Poco me importa lo que digan, o lo que piensen los demás. Yo sé que te amo, que te siento, porque ya sos parte de mí, y que no te voy a dejar ir. Y sé, además, que estoy haciendo lo correcto. Yo no soy una asesina.
                                No, no voy a matarte. Porque, ¡que digan lo que quieran! ¡Que lo nieguen si les hace felices! Lo que me aconsejan es que te mate, tan simple como eso. Pero yo no soy una asesina. Y, además, te amo.
                                No tengas miedo bebé. Voy a luchar por vos. Me voy a enfrentar a las palabras hirientes, a las miradas desaprobatorias, y, sobre todo, al cambio que significa tomar esta decisión. Nada me importa si vos estás bien. Nada me importa más que tu vida ahora.
                                Debo dejar de escribir. Hay muchas cosas por hacer, muchas cosas por hablar. Hay demasiadas cosas por meditar y dejar en claro. Pero te aseguro, mi cielo, mi bebé; te aseguro que vas a vivir. Sos, aunque suene tan raro todavía, mi hijo, y no voy a permitir que nada te pase. Tu vida depende ahora de la mía, y te voy a proteger, te voy a cuidar. Porque somos uno. Porque la idea de tu vida dándole sentido a la mía es tan clara ya, tan real, que te necesito tanto o más que vos a mí. Porque, aún aunque falten meses para que pueda sostenerte en mis brazos, te siento; porque por más diminuto que seas, ya sos hermoso a mis ojos; porque sos real, y sos mío, y te amo. Simplemente por eso.
                                Tengo que dejar de escribir. Se hace tarde, y quedan muchas cosas por hacer. Espero que algún día leas esto, y sepas que te amé desde el primer día.

Tuya siempre
Mamá."


lunes, 13 de diciembre de 2010

Paradise? A cigarette in my hand, Oliveira & La Maga in my mind, the sun in front of me, and the see in my back .)






                               Paraíso? Un cigarrillo en mi mano, Oliveira & La Maga en mi
                                                       mente, el sol en frente mío y el mar en mi espalda :)

Rayuela, Capítulo 93

Pero el amor, esa palabra... Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires conesos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás,porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico Horacio que quiere un amor pasaporte,amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le dé los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tonto porque todo eso duerme un poco en vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharíanlas formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no sé tomar,perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo he dejado los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras,perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos,convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan como pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo?Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas enabejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos del sol, recintos del verano.Pero un mismo cuerpo de mujer es María y la Brinvilliers, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma óptica que se regala con los retorcimientosde un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua... Sí,pero también está dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a veces,me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el mundo.Ah, si en el silencio empollara el Roc... Logos, faute éclatante. Concebir una raza que se expresara por el dibujo, la danza, el macramé o una mímica abstracta.¿Evitarían las connotaciones, raíz del engaño? Honneur des hommes, etc. Sí, peroun honor que se deshonra a cada frase, como un burdel de vírgenes si la cosafuera posible.


Del amor a la filología, estás lucido, Horacio. La culpa la tiene Morelli que te obsesiona, su insensata tentativa te hace entrever una vuelta al paraíso perdido,pobre preadamita de snack-bar, de edad de oro envuelta en celofán. This is aplastic’s age, man, a plastic’s age. Olvidate de la perras. Rajá, jauría, tenemos que pensar, lo que se llama pensar, es decir sentir, situarse y confrontarse antes depermitir el paso de la más pequeña oración principal o subordinada. París es un centro, entendés, un mandala que hay que recorrer sin dialéctica, un laberinto donde las fórmulas pragmáticas no sirven más que para perderse. Entonces un cogito que sea como respirar París, entrar en él dejándolo entrar, neuma y nologos. Argentino compadrón, desembarcando con la suficiencia de una culturade tres por cinco, entendido en todo, al día en todo, con un buen gusto aceptable,la historia de la raza humana bien sabida, los períodos artísticos, el románico y elgótico, las corrientes filosóficas, las tensiones políticas, la Shell Mex, la acción y la reflexión, el compromiso y la libertad, Piero della Francesca y Anton Weber, la tecnología bien catalogada, Lettera 22, Fiat 1600, Juan XXIII. Qué bien, qué bien.Era una pequeña librería de la rue du Cherche-Midi, era un aire suave d epausados giros, era la tarde y la hora, era del año la estación florida, era el Verbo(en el principio), era un hombre que se creía un hombre. Qué burrada infinita,madre mía. Y ella salió de la librería (recién ahora me doy cuenta de que era como una metáfora, ella saliendo nada menos que de una librería) y cambiamos dos palabras y nos fuimos a tomar una copa de pelure d’oignon a un café deSèvres-Babylone (hablando de metáforas, yo delicada porcelana recién desembarcada, HANDLE WITH CARE, y ella Babilonia, raíz de tiempo, cosa  anterior, primeval being, terror y delicia de los comienzos, romanticismo de Atalapero con un tigre auténtico esperando detrás del árbol). Y así Sèvres se fue con Babylone a tomar un vaso de pelure d’oignon, nos mirábamos y yo creo que ya empezábamos a desearnos (pero eso fue más tarde, en la rue Réaumur) y sobrevino un diálogo memorable, absolutamente recubierto de malentendidos,de desajustes que se resolvían en vagos silencios, hasta que las manos empezarona tallar, era dulce acariciarse las manos mirándose y sonriendo, encendíamos los Gauloises  el uno en el pucho del otronos frotábamos con los ojosestábamos tan de acuerdo en todo que era una vergüenza, París danzaba afuera esperándonos,apenas habíamos desembarcado, apenas vivíamos, todo estaba ahí sin nombre y sin historia (sobre todo para Babylone, y el pobre Sèvres hacía un enorme esfuerzo, fascinado por esa manera Babylone de mirar lo gótico sin ponerle etiquetas, de andar por las orillas del río sin ver remontar los drakensnormandos). Al despedirnos éramos como dos chicos que se han hecho estrepitosamente amigos en una fiesta de cumpleaños y se siguen mirando mientras los padres los tiran de la mano y los arrastran, y es un dolor dulce y una esperanza, y se sabe que uno se llama Tony y la otra Lulú, y basta para que el corazón sea como una frutilla, y...

Horacio, Horacio.

Merde, alors. ¿Por qué no? Hablo de entonces, de Sèvres-Babylone, no de este balance elegíaco en que ya sabemos que el juego está jugado.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Providencia?

Me pasa algo difícil de explicar. Mucho más difícil de resolver, peor aún si lo tengo que resolver por mí misma.
Conocí a una persona. Creo que puedo ayudarla. Siento que puedo ayudarla. Siento que es una persona buena, que merece mi ayuda. Y que nos podemos complementar y quizá, me pueda ayudar a mí.
Sin embargo, si me juego, hay mucho en juego. Mucho en juego en un futuro cercano, y también a más largo plazo. Casi todas mis decisiones, de aquí en adelante, estarán supeditadas a la que tome ahora.
Claro, lo más fácil sería decir que no, y olvidarme del asunto. Borrón y cuenta nueva. Seguir como hasta ahora, como si nada hubiera pasado, que las cosas venían bien. Sería lo lógico, lo que el sentido común me dice, lo que  todo mi cerebro me grita.
Y sin embargo, siento una angustia en el pecho al pensarlo así. Al pensar en no brindarme a una persona que, aunque no conozco, siento que está confiando en mí. Defraudarla antes de empezar. "Mejor que la defraudes antes de empezar, que luego de haber empezado". Pero siento, a la vez, que ya empezó. Porque por algo estábamos los dos en el lugar y momento exacto, por eso me "eligió" el azar, por eso hice alguna que otra imprudencia.
No lo sé, a veces pienso que si tantas vocecitas de alarma me gritan que no, debe ser por algo, que debo escucharme de vez en cuando (creo que ya hablé igual de mi facilidad para no escuchar mis propios consejos) y dejar de hacer tonterías. Y de a ratos pienso que cuando el sentimiento que mueve a algo es tan fuerte, quizá sea que debe seguirse la corazonada.
Soy temerosa, lo admito. Es mi gran problema. Soy débil ante muchas cosas, y siempre necesito segundas opiniones. En este sentido, todas las segundas opiniones que pedí me dicen que no, igual que mi voz interior.. entonces qué?
No lo sé, y tengo que decidir pronto. Odio las decisiones apresuradas con todo mi ser. En fin
fue pura catarsis y nada más que eso

sábado, 11 de diciembre de 2010

Don't play with fire

Ahí donde una vez estuvo el fuego, te encontrás mirando las cenizas que quedaron en el piso. Y no sabés si de verdad estás viendo esa llamita que creés ver, esa llamita que te hace creer que el fuego va a poder resurgir -como el Fénix-, renacer, con la misma fuerza y el mismo candor que antes, o si sólo estás viendo los restos de ese fuego, o, peor aún, los restos de esos restos. Y en tu desesperación -¿Qué pasará con el fuego? ¡Que alguien me ayude! ¿Voy a poder con él si se desata? ¿Voy a poder sin él?- mirás a tu alrededor, y ves un montón de caras qué sólo hacen una mueca desentendida, quizá fruncen el ceño porque no consideran que el fuego sea bueno, o algunos que con alguito -casi nada- de entusiasmo sonríen, como dando a entender que tenés que luchar por el fuego, por que la llamarada estalle. Pero nadie te ayuda demasiado, nadie te dice qué hacer, cómo hacer lo que hay que hacer. Y en realidad sabés que eso es lo correcto, que nadie puede decidir por vos tu destino, que nadie más que vos puede saber si lo que ves es el fuego o las sobras del fuego, o las sobras de las sobras del fuego. Pero no sabés, te cuesta tanto entender ese fuego, que a veces calienta como una fogata en el invierno y a veces yace triste, todo ceniza, tan tan triste...






Entonces mirás alrededor y ves esos ojos. Ves esos ojos que miran el fuego (o las sobras de las sobras, ya sabemos cómo es la historia), que miran el fuego con la misma expresión que los tuyos. Que miran tratando de ver si es realmente fuego o es sólo una ilusión, si realmente quema o es sólo una ilusión. Y mirás esos ojos, y entre tanto verdor te perdés por un momento, y después, así, tan verde, recordás que tenés un fósforo, y te das cuenta que ojos verdes tiene combustible.

Y entonces entendés que tienen el arma arma desatar el fuego entre sus manos, se miran cómplices, porque ojos verdes también lo sabe, tus ojos, sus ojos, se juntan, se entrecruzan, se saben compañeros, se saben deseados por el otro par de miradores, se saben hechos los unos para los otros. Pero, teniendo el arma para desatar el fuego, se quedan en sus lugares, sin animarse a moverse. Temen que con solo acercarse, fósforo y combustible se deseen tanto que se imanten, que se unten, que se unan más allá de la propia voluntad de sus dueños; y que entonces se desate un fuego irreparable, un fuego irremediable, imparable. Y temen, temen que ese fuego los envuelva, que los envuelva y los queme, que les deje yagas en la piel, temen que el fuego sea demasiado fuerte y temen que luego de él, las marcas de la quemadura sean demasiado grandes, y demasiado irreparables, temen que las yagas de la piel no les permitan volver a sentir nunca más ningún fuego, ni ninguna nada, temen no volver a SER después del fuego. 
Por eso, ojos negros y ojos verdes se miran, se desean, pero se mantienen lejos, escondiendo las armas mortales que podrían ocasionar el fuego.... 


jueves, 9 de diciembre de 2010

Analizar y revolucionar

A veces me dan ganas de escribir sobre la vida, muchas veces sobre el amor, otras tantas de la política. Pero hace algunos días, mientras escuchaba las palabras de los presidentes iberoamericanos en ocasión de la Cumbre, me dieron ganas de escribir sobre Argentina. Sobre Argentina, pero más específicamente, sobre los argentinos. Fácil, eh?

Sucede que tuve una suerte de epifanía durante esos días (siempre me pasa así, creo que mi mente funciona con interruptores. Todas las habitaciones tienen la luz apagada, y de repente, como por arte de magia "plic!", se enciende la luz en una y veo todo su contenido con claridad), y me di cuenta que hay una generación (o más) de argentinos que vive aún con la idiosincrasia de pensar que todo lo nuestro es malo, y todo lo de afuera es bueno. Herencia de gobiernos que han hecho hasta lo imposible porque pensemos así, posiblemente. Lo cierto es que son miles y millones los argentinos que aún hoy piensan que afuera se vive bien, que hay que hay que irse de este país, que nunca va a cambiar nada y vamos a ser siempre el último orjeón del tarro.

Algo está cambiando, sin embargo, y quizá así como yo tuve la "iluminación", muchos más la tengan. Argentina, como América Latina en general, ya no es ese lugar del mundo del que hay que escapar. Está creciendo, es cada vez un lugar mejor. Miro a Europa, con sus crisis capitalistas, con la gente llorando como nosotros en el 2001, veo a Estados Unidos con más de 40 millones de pobres (el índice más grande de su historia), escucho a una señora española que comparte azarosamente un rato conmigo diciéndome "qué bien que está Argentina, qué bien logró salir adelante, qué lindo que es estar acá!", y pienso.. "¡Qué orgullo ser argentina!"

También pienso que hay muchísimo por hacer, que es mucho lo que falta para poder decir que "estamos bien", y lo más emocionante de todo (esto sí verdaderamente me motiva), es que somos nosotros, yo, vos, tu vecino, tu "compa" de facu, tu "compa" (y leáse el doble sentido de la palabra) del laburo, todos nosotros los que debemos transformarlo. ¿Para qué irse? ¿Con qué excusa ser egoísta y abandonar todos los sueños de una Patria por un par de euros? Si podemos quedarnos y transformar, si está demostrado que la transformación es posible. 

Será que hoy tengo un día particularmente revolucionario, o será que las cosas que están pasando en el país, en América Latina y en el mundo me motivan, me dan fuerza para luchar, me dan motivos para hacer todo mi esfuerzo por modificar las  realidades que me molestan y apostar a la realidad que quiero para mi país, para el futuro que quiero.

Creo que me fui un poco de tema, pasé de analista de realidad a revolucionaria sin causa. Como suele suceder, no? Primero descubrís la realidad, del análisis encontrás las cosas que querés cambiar, de encontrar las cosas q deben ser cambiadas sacás la fuerza y las ganas de transformar.

Como la vida misma, así de sencillo, y así de complicado. Tan pero tan apasionante.


"Podrás llevarte todas las flores, pero nunca podrás llevarte la primavera..." Ernesto "Che" Guevara

martes, 7 de diciembre de 2010

Onírico

Las cuatro de la mañana, la calle desolada, los autos con las últimas personas desapareciendo por la calle, y ahí están ellos dos, diciéndose mil cosas sin abrir la boca, sabiendo casi como si pudieran leerlo los pensamientos del otro, avanzando despacio hacia un lugar un poco más habitado, hacia un transporte que los lleve... vaya a saber dónde.
La noche está fría, pero ellos sienten el calor de sus cuerpos cercanos, hablan pero se miran los labios, hablan pero se desean los labios, quizá ambos esperan que el otro dé el primer paso, o quizá simplemente esperan que algo pase, pero lo cierto es que esperan, hablan y esperan... vaya a saber qué.
La gente a su alrededor los mira, no entiende qué hacen ahí, por qué no hacen nada más que estar ahí. No entienden cuánto se desean, hace cuánto se desean. No lo entiende la gente, pero ellos lo saben, saben que ambos están pasando lo mismo. No se animan, pero de repente, ahí están. Sus caras muy cerca, sus respiraciones entremezcladas, y sus labios, sin que estén muy seguros de en qué momento o cómo sucedió, unidos.
Hablan un poco más, aunque entienden que las palabras están casi de más. Hablan camino a casa, bajo la vigilancia silenciosa de los que no entienden lo que ellos sienten, lo que les pasa; hablan por llenar el espacio que los separa, hablan porque aman sentirse identificados con las cosas, y esperan llegar a casa.
Llegan a casa, la gente sigue sin entender pero no les importa, a estas alturas ya se necesitan demasiado como para que algo los detenga. La pava en el fuego hierve porque no les interesa sacarla, no les interesan el mate ni el café, solo se interesan mutuamente, el fuego de la hornalla parece pobre comparado con el suyo, y no se avergüenzan, después de todo, ¿Por qué lo harían?
Sus pieles se rozan, sus labios se unen de nuevo, ya no importan las palabras, ni importan los escrúpulos, solo ellos dos, la noche, la noche que empieza a amanecer, la luz que empieza a entrar por las rendijas de la ventana, mientras ellos se entrelazan en un largo (casi eterno) abrazo.
Volver no es tan fácil como llegar, volver cuesta. A ella le da miedo que no vuelva a pasar, llega a su casa con la luz del día y teme más que ninguna otra cosa que todo haya sido un sueño. Todo le parece onírico, irreal, como sacado de una película, como sacado de un sueño. Onírico.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Martes bizarros

Ok, hay un par de cosas que me motivan a escribir hoy, que son temas muy diversos que apenas se relacionan a entre sí. Lo único que tienen en común es que todas sucedieron ayer.
La primera, y que más me preocupa, es que he notado que empiezo a tener una compulsión a escribir en el blog. Me di cuenta ayer, cuando estaba en una situación bizarra similar (muy similar) a la del domingo bizarro, y pensé "debería escribirlo en el blog, titulando en lugar de "domingos bizarros", "martes bizarros". Igual pensaba limitarme a escribir sobre los hechos del martes bizarro, PERO entonces se me vino a la mente que era un tanto freaky estar pasando una situación y pensar que debería llegar a casa y escribir sobre ello, y entonces pensé "debería escribir sobre ello", y me di cuenta de lo paradójico de la situación... y decidí escribir sobre ello. No me molesta igual, pero es raro, nunca pensé que iba a llegar a este punto, aunque en realidad, siempre lo supe. En el fondo, quizá por eso no quería abrir un blog: porque sabía que atentaba contra mi integridad moral.
La segunda cosa es que me di cuenta de que tengo una tendencia a quedarme sola con hombres. Casualmente, las últimas dos veces que me pasó algo así de extraño (el domingo aquel y el martes), el denominador común era el chico al que le tengo ganas. Tal vez inconscientemente (o no tan inconscientemente) me interesaba estar cerca de él, y bueno, sucedió que además había amigos suyos ahí. Pero de todos modos me pareció una situación digna de contarse. Imaginen la situación: una chica (yo), tirada entre una silla y un puf, fumando un cigarrillo, mirando cómo el chico al que le tiene ganas y otros tres (a dos de los cuales, si vamos al caso, también le tiene ganas, pero en una proporción infinitamente menor) juegan un torneo de play. A las 2 de la mañana.  Después de haber estado desde las 8 de la noche hablando/discutiendo de política. Bizarro. Sobre todo teniendo en cuenta los antecedentes.
Sin embargo, cuando pensé que debía escribir sobre estas dos cosas, era en el momento preciso en el que estaba sucediendo, pero luego hubo un acontecimiento que cambió la noche del martes de bizarra a.... ¿Intensa? no sé si es esa la palabra. Creo que "onírica" se le acerca mucho más.
Pero de eso ya voy a hablar en otro post.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Ojalá no seas el horizonte

Te pareces al horizonte, porque aunque reme y reme, y sienta que avance, de a ratos te veo cada vez más lejos. A veces no igual, a veces parece que casi puedo tocarte, y me da miedo que sea puro espejismo. ¿Siempre fue tan difícil, o es que estoy perdiendo mi habilidad en este bote?
Siempre me costó decidir, pero esta vez, me parece que el indeciso es alguien más. No me importa esperar, la paciencia nunca fue lo mío, pero puedo aguantar. La inseguridad me cuesta un poco más.
Si es por miedo, podrías ir dejándolo. Leí una vez que no son necesarias las promesas si volvés, y eso es lo único que me importa por ahora. Tenerte de a ratitos, nada más. Más adelante yo no lo sé, pero seguro que vos tampoco. Son esas cosas que no se saben, porque se construyen. El hoy y el ahora me importan un poco más, y no quiero que nos digamos nada, ni que nos mintamos (sobre todo, no me gustan los engaños). Prefiero que las cosas fluyan, y que sea lo que tenga que ser, pero no quiero que nos detenga el miedo. Después de todo, ¿miedo a qué?.
Sabés que no muerdo (casi nunca), y no me importa si vos mordés. Tampoco pido nada que no puedas dar, porque después de todo, no pido nada que no quieras dar. El límite lo ponés vos, el punto lo ponés vos. ¿Qué más podés pedir? Si además sé que vos querés, porque hay cosas que no cambian de un día para el otro, y hay miradas que no pueden mentir. Y ya no me creo eso de que las palabras se dicen con inocencia.
Si te dejaras llevar un poco más, verías cómo la corriente nos conduce al horizonte y ya no hay necesidad de remar.
Aunque no tenga paciencia, igual puedo esperar. La inseguridad me cuesta un poco más.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Dreams...

No es la primera vez que me pasa que un fantasma del pasado se me aparece en sueños y me perturba por un par de días. Esta vez fue peor, porque era un fantasma en serio. Quiero decir, alguien vivo que se me presentó como un muerto en sueños. Sí, tétrico. Completamente horroroso.

Será que tengo la cabeza muy limada, o será que tengo toda la violencia adentro y me estalla por el inconsciente. No es que no haya pensado alguna vez en matar a mi ex, pero nunca en serio. Siempre es metafórico. Que se me presente cortado en pedacitos adentro de una urna en un sueño no es algo que me ponga particularmente de buen humor. En todo caso, hubiera preferido soñar con la muerte de la nueva novia. Eso no me hubiera hecho sentir tan mal.

Igual, lo peor no fue verlo hecho trizas en mi sueño, no. No fue eso lo peor. Lo peor fue cómo me sentía yo en el sueño. O sea, supongo que es lógico que enterarte de la muerte de alguien que quisiste mucho te perturbe un poco. Supongo que en la vida real pasa, aunque hagan meses que ni siquiera hablás con esa persona.

Pero en mi sueño, mi reacción era de una persona completamente loca. Me abrazaba a la urna con sus restos, la acariciaba, no quería soltarla (no la soltaba). Como una enferma mental, no dejaba que alejaran su urna de mí. Como una enferma, exactamente igual.

Despertarme y darme cuenta de que si pasara algo semejante, esa sería mi reacción, fue lo que me preocupó.  ¿Tan grave es mi problema psicológico? No sé, espero ser normal algún día. Y espero que a él no le haya pasado nada, porque encima de enferma mental, me voy a sentir culpable por haber llamado a la desgracia.

jueves, 18 de noviembre de 2010

No hay nada más lindo que levantar la vista y descubrir que me estabas mirando

lunes, 15 de noviembre de 2010

Domingos bizarros

Viste cuando terminás hablando de fútbol y de Bill Gates en un lugar de mala muerte tomando cerveza sola con cuatro flacos? Uno que no conocés, uno que te tiene ganas, uno al que le tenés ganas y uno que conociste en el cumpleaños del que te tiene ganas después de comerte al que le tenés ganas? Bueno, así.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Quiero ser yo

Quiero ser yo. Simplemente yo.
A veces me odio. A veces odio mi forma de ser, odio todo.
Cómo actúo, cómo hablo.
Hasta que soy yo. Cuando soy yo misma, simplemente yo
No hay nada que ocultar
nada que simular.
¿Para qué aparentar, si soy mucho más cuando soy yo?

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Me molesta que me moleste

Una vez una amiga me dijo, muy indignada, que no le molestaba tanto la ex de su novio que le rompía las bolas, como lo que le molestaba que le molestara. "No debería sentirme así, no tendría que importarme, pero me molesta", me decía. Yo mucho no la entendía, supongo que por el hecho de que estaba pasando por esas etapas en la que nada te molesta demasiado, porque nada (ni nadie) te interesa demasiado.

"Es muy molesto que tu humor dependa de otra persona", continuaba mi amiga (sí, estaba muy enojada). "Si no me llama, estoy todo el día enojada, pero si me dice algo lindo, enseguida mejora mi humor y estoy todo el día sonriendo. Es injusto, muy injusto que no pueda decidir sobre mi propio humor".

Tardé algún tiempo en comprenderla; hasta que empecé a sentirme igual. 

Una cosa es levantarse de mal humor porque se tuvo una pesadilla, estar de mal humor porque no pudimos hacer algo que queríamos, porque estábamos cansados o simplemente porque sí. Pero que el humor dependa de lo que hace o deja de hacer otra persona, es verdaderamente frustrante.

Hablo de esto porque me pasó hoy, una llamada me cambió el día, me puso contenta, me hizo estar sonriente desde que sonó mi celular hasta ahora. Y me siento tonta, me siento "dependiente", pero aún así, estoy de buen humor. Estoy contenta, y para colmo, ahora estoy esperando ansiosa el sábado (día en que LO veré).

Supongo que nos pasa un poco a todos, no podemos evitar depender de alguna manera de los demás. No por nada el hombre es un ser social. Más vale vivir con ello que intentar luchar, porque, de todos modos, saldremos perdiendo.

Bueno, nada más por ahora, simplemente tenía que desahogarme, porque después de estar un par de horas con una sonrisa tarada y diciendo "lo amo, lo amo" sentí que si no descargaba me iba a recibir de idiota. Me está gustando esto del blog, y yo que pensé que no lo iba a actualizar nunca, y ahora siempre encuentro una excusa para escribir. Bendita sea Internet que permite que eso pase. Extrañaba escribir diariamente.

Sean felices, e intenten elegir bien de quién va a depender su humor, así no tienen problemas.

martes, 9 de noviembre de 2010

El holocausto de nuestros días

Hoy en día es natural pensar en el holocausto como algo malo, y en Hitler, como un villano. Incluso aquellos que coinciden con el III Reich muchas veces “temen”, por este motivo, hacer pública su postura.
            Sin embargo, sin que nos demos cuenta, hoy se comete un crimen incluso peor, por ser “imperceptible”. Miles de chicos mueren de hambre en sus propias casas; familias enteras viven sin un hogar, o en uno que se cae a pedazos. Y la sociedad, lejos de buscar una solución, los margina. A los más pobres sólo se les devuelve miseria. Los menos escrupulosos hasta se atreven a exclamar “¡Hay que matarlos a todos!”… ¿No es este exactamente el mismo discurso de quienes asesinaban a judíos años atrás? Deshacerse del “problema”, del que es distinto, del que “molesta”…
            Es fácil criticar a un dictador que ejerció su poder hace más de 50 años, pero es difícil mirar el egoísmo propio.  Y lo peor del caso es no darse cuenta de que es justamente eso, nuestro egoísmo, el que genera esas situaciones que después condenamos. Está mal que un muchachito sea capaz de lastimar a otro para sacarle  lo que lleva encima, sí. No cabe duda de que es necesario modificar situación semejante. Pero si cambiarla significa excluir en un ghetto al delincuente, no funciona. Sería mucho más noble de nuestra parte asumir que la agresión psicológica puede ser tanto o más violenta que la física; que pavonearse delante de alguien que no tiene dinero suficiente para comer con el nuevo BlackBerry o con zapatillas millonarias es una puñalada a su espíritu; que son las injusticias de las que todos nosotros somos (en mayor o menor medida) responsables las que provocan los problemas que sufre la sociedad en su conjunto; y que está, entonces, en nuestras propias manos hallar soluciones.
            No es algo fácil, sin duda. Pero lejos está de ser imposible conseguir la sociedad que queremos sin necesidad de excluir o matar a nadie. Se trata, simplemente, de tomarse un minuto para reflexionar un poco sobre la situación propia y ajena, entendiendo que las circunstancias en las que nacemos no nos hacen más o menos persona y que, entonces, todos tenemos derecho a poseer las mismas oportunidades; y que lo único que se necesita para que esto se haga efectivo es un poco de solidaridad de parte de todos. 

Sobre la política y otras 20 verdades

Me parece que ya he comentado en el primer post que últimamente estoy un poco fanatizada  interesada por la política. Siempre lo estuve igual, pero cada vez tengo más ganas de ponerme a hacer algo. Siempre quiero saber más, entender más como funciona, y no sé si algún día "ser política". Eso, en sentido formal, no lo creo, aunque en sentido informal la política la hacemos todos, y sí soy y quiero seguir siendo parte.

Como sea, me llaman la atención las vueltas de la vida. Dicen que algunos genes se saltean una generación, y yo creo que el gen del "politólogo" se salteó una generación en mi caso: mis abuelos, políticos hasta es hartazgo, mi madre que se separa del ambiente para hacer su rumbo, y acá estoy yo, con una sed de militancia que me carcome hasta los huesos.

Creo que todo empezó con Rodolfo Walsh. Leer "Operación Masacre", querer escribir como él, querer militar como él, hasta querer morir como él. De nuevo, al borde del fanatismo ciego. O quizá sea de todos modos herencia familiar, o será que realmente lo llevo en los genes. La verdad, no lo sé. Tampoco me interesa.

Es brevísima la introducción que hago, simplemente como para que estén atentos, porque es probable que la política cruce transversalmente este blog. Aunque no pretendo que sea un blog periodístico, sino más bien literario, habrá notas que tengan que ver con eso, y bueno, "es lo que hay", como quién dice. 

Nada más, cualquier consulta, preguntar.

PD: el título es la pista más clara acerca de hacia dónde se orienta mi visión política, así que no es necesario que lo explicite. 

lunes, 8 de noviembre de 2010

Cosas que le pasan a la gente

Pronto el reloj marcará las 13:00 hs., a las 16:00 tengo que estar en la facultad para rendir un parcial, luego salir, tomar un café y/o fumar un cigarrillo, y volver a entrar a las 18:00 hs. para rendir otro. Cosas que pasan.

La cuestión es que estoy acá, sentada frente a la compu y escribiendo en esta especie de diario de catarsis, en lugar de estar repasando (estudiando,porque hay cosas que ni leí). El problema de eso es que, como soy nerd, si llego a un parcial sin haber estudiado me pongo histérica, tengo ganas de llorar o de matar a alguien. Sin embargo, no hay forma de que me ponga a estudiar con tiempo, y que llegue a parcial con la tranquilidad absoluta de que me va a ir bien. Todo lo cual me lleva a preguntarme si no será que tengo cierta dosis de masoquismo, y que me gusta la sensación de desesperación, la sensación de "no llego", la de querer llorar y la de sentirme una idiota por no poder seguir mis propias sugerencias y ponerme a hacer los resúmenes unos días antes.

Pero, claro, me preocupa porque no es con lo único que me pasa. Me pasa con todo, casi todo el tiempo. Es como que tengo una facilidad envidiable para desoír mi propia voz cuando me da consejos. Así me va después, porque, modestia aparte, casi siempre tengo razón. Sólo que me empeño en no reconocerlo (¿Será que en el fondo soy humilde?). Pensar que después me preocupo de que los demás sigan mis sugerencias, como si yo lo hiciera.

Será que me encanta sentirme culpable por no haber hecho lo que sabía que tenía que hacer, y no hice por necia. ¿Le pasará a todo el mundo, o sólo a los que tenemos alma de Arlequín? Quién sabe, por las dudas me voy a leer un rato más y a amargarme de mi espantosa forma de ser.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Historias en Plural I

"... Y sé que nunca se me va a olvidar tu voz
aunque pierda la memoria..."



"Ya no entiende nada" dicen los médicos. "La enfermedad es progresiva y no tiene cura. No se haga ilusiones de recuperarla, no será la misma", eso dicen. Le dicen que no se haga ilusiones falsas, porque las pequeñas "mejoras" que pueden percibirse son ocasionales, y pasajeras. Que no queda nada de lo que solía ser, eso le dicen.

Y sin embargo, él sabe que se equivocan. Y no sólo porque nunca tuvo afinidad con los médicos, no, no es por eso. Es porque, cada vez que se acerca y le habla al oído, con esa profunda voz que los años no han conseguido casi modificar, el rostro de ella se ilumina. Sonríe, y parece que tuviera veinte años menos. Se sonroja, como si fuera una chiquilla, y le pide a él, le implora, que no la deje, que no se vaya. Que lo necesita, como siempre. Y no lo dice a media voz, o de forma confusa, nada de eso. Lo dice claramente: "Te necesito. No te vayas. No me dejes". Y él, no hace más que quedarse a su lado, y seguir hablándole, lento, pausado. Susurrándole cosas lindas, o, simplemente, contándole viejas historias de viajes, y de barcos, y de tierras lejanas. Y ella comienza a serenarse y deja de implorar, para empezar sólo a sonreír, y escuchar quedamente, hasta que el cansancio termina venciendo, y uno de los dos (ella casi siempre), se queda dormido. Y, al día siguiente, vuelve a ser igual, es siempre igual.

            Es por eso que él sabe que los médicos se equivocan. Porque tal vez ellos nunca lo hayan notado (hay cosas que sólo los que aman pueden entender), pero ella lo conoce, lo reconoce cuando le habla, lo reconoce por su voz. Y, más allá de cualquier cosa, ella recuerda que lo ama, y recuerda que lo necesita. Quizá hasta recuerde que una vez (muchas veces) sufrió por él, y por eso le implora que no la deje. Y él se queda, porque sabe todo el mal que le hizo, y lo que es más importante, sabe que su vida no tiene sentido si no es con ella. El se queda, firme a su lado, porque a pesar de todo lo que pasó durante tantos años, al verla descubre que, aunque parezca casi imposible, la ama más con cada día; en cada instante, la ama y la necesita un poco más.

            Los médicos pueden decir lo que quieran, pero si sintieran cómo se acelera su corazón ante el contacto de él, dejarían sus fríos diagnósticos de lado, para empezar a creer un poquito más en los milagros.

            Pero, después de todo, él nunca tuvo afinidad con los médicos, y poco escucha lo que le dicen. Que se queden en su ignorancia, no es su problema ahora. El tiene asuntos más importantes, mucho más vitales que prestarle atención a los que dicen saber de medicina. Porque son muy pocos los que entienden cómo se curan las heridas que dejan los años, y que no se resuelven con una receta. Son muy pocos los que aprenden, con el tiempo, con la vida, la manera de arreglar los errores, la manera de ser feliz a pesar de todo, la forma de amar sin condición y un poco más a cada momento. Son muy pocos, en este mundo, los que aprenden, a fuerza muchas veces de golpes, a ganarse el paraíso, y ser felices, plenamente felices en el mientras tanto...


Historias en Plural

Una vez, hace mucho tiempo, había decidido escribir un libro. Bueno, en realidad, tomé esa decisión una incansable cantidad de veces a lo largo de mi vida; pero no todas vale la pena recordarlas, y hoy particularmente, solo me interesa hacer mención a una en particular.


Luego de comprobar que me cuesta mucho seguir adelante con un proyecto de libro que requiera continuidad de redacción, decidí que lo mejor era escribir historias sueltas y cortas, de distintos personajes en distintos momentos, dándole cierta relación, pero que pudieran leerse sueltas sin perder su sentido. Cada cuento, es a su vez un capítulo de un libro, pero tiene su propia introducción, su nudo y su desenlace.


No sé si funcionó, pero de todos modos, escribí algunos capítulos-cuentos, a los que llamé "historias en plural". De ahí el título del blog. Me pareció que iba a ser más sencillo volcar estas historias en un medio digital que esperar a editar un libro. Así que aquí iré subiendo estas notas sencillas, escritas por un arlequín, junto con otras cosas que nada tendrán que ver con este proyecto de libro, sino con otros muchos, pero, espero, les gusten.


No sé, no escribo más y les dejo el primer intento, que es, por cierto, el que más me gusta.